El inspector Leo Caldas vuelve para investigar la desaparición de una joven de Vigo, en una historia que se desarrolla en escenarios naturales de la zona
L.M.A.
Madrid, 25 de marzo de 2019.- La Delegación de la Xunta en Madrid/Casa de Galicia acogió esta tarde la presentación de la última novela de Domingo Villar, “El último barco”, editada por Siruela, y con la que el autor de “La playa de los ahogados” vuelve, diez años después, con el celebrado inspector Leo Caldas, que cuenta con una legión de seguidores. El acto despertó mucho interés como lo prueba el que se acercaron a la Casa cerca de doscientas personas y fue preciso habilitar la Sala B para que pudieran seguir el acto por circuito interno de televisión. En “El último barco”, con más de 700 páginas, Caldas investiga la desaparición de una joven en Vigo, Mónica, la hija del doctor Andrade, que vive en Moaña, un tranquilo pueblo al otro lado de la ría. La historia se desarrolla en escenarios naturales de la zona.
Intervinieron el delegado de la Xunta en Madrid y director de la Casa de Galicia, José Ramón Ónega; la directora general de Siruela, Ofelia Grande; la periodista Susana Santaolalla; y el propio autor, Domingo Villar.
Tras las palabras de bienvenida, Ónega citando a Argensola señaló que “los libros han ganado más batallas que las armas”, y destacó que “El último barco es la tercera novela de Domingo Villar protagonizada por el inspector Leo Caldas. La primera fue Ojos de agua y la segunda La playa de los ahogados, que tuvo más medio millón de lectores, fue llevada al cine y supuso su consagración en el panorama internacional de la novela negra”. La serie ha sido traducida a más de 15 idiomas y ha cosechado un gran número de premios.
La editora, Ofelia Grande, mostró su alegría porque “la respuesta tanto de lectores, como de medios como de libreros nos ha desbordado en interés y cariño. La satisfacción por como marcha el libro es enorme ya que en solo dos semanas y media ya va por la quinta edición”.
Por su parte, Susana Santaolalla, estableció una entrevista/charla con el autor en la que fueron desgranando los aspectos más destacados de la nueva obra. Domingo Villar, que empezó Derecho, se licenció en Empresariales se declara escritor de novela policiaca que “por dentro son cuentos de amor” a la tierra. “Vuelvo a Galicia siempre que puedo; y lo hago todos los días que me siento a escribir”. Aunque vive en Madrid desde hace casi tres décadas, una vez más, la trama se desarrolla en Galicia, en la Ría de Vigo “mi paraíso perdido”. En lugares reales, como la Escuela Municipal de Artes y oficios, (EMAO); en Tirán, -aldea situada entre Cangas y Moaña-, y en el barco que la comunica con Vigo.
Algunos de los personajes que pueblan la novela también existen en la realidad y en ellos se inspiró el escritor. Leo Caldas, sin ir más lejos, es el alter ego de Villar, misma edad, mismos gustos, gastronomía, vino, hasta tienen amigos comunes y frecuentan las mismas tascas. Lo mismo ocurre con algunos secundarios, como dos de los profesores de la EMAO, un lutier y un ceramista.
Era una obra muy esperada. Pasaron diez años porque el autor no estaba satisfecho con lo que estaba escribiendo. En 2013 tenía un manuscrito de más de trescientas páginas, con portada, título e ISBN. Se iba a llamar Cruces de Piedra. “Tenía varias opciones. Podía corregirlo, modificarlo o empezar de nuevo” y optó por la última. Coincidió con el fallecimiento de su padre y eso contribuyó al retraso pero ahora se muestra satisfecho y dijo agradecer el que nunca se sintió presionado por la editorial para sacar algo que no le convencía.
La novela acaba de salir también en gallego (Galaxia). Villar escribe en castellano y en gallego. “Casi todos los diálogos los escribo en castellano y las descripciones, en gallego. Me gusta traducir el libro a los dos idiomas según avanzo: al terminar, tengo una novela en castellano y otra en gallego”. En relación al carácter gallego de todos los personajes, “tenemos un humor, muy nuestro, con retranca, que no siempre se entiende. Los dobles sentidos... no los pilla todo el mundo”.
En el turno de preguntas, numerosas personas del público se mostraron interesadas y ávidas por hacerlas, aunque la timidez marcó la pauta. Pero no faltó la esperada, ¿para cuándo la siguiente obra? Por favor, ¡no nos hagas esperar otros diez años!, decían.
No hay comentarios:
Publicar un comentario