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Carmen Valero y Julia Sáez-Angulo
Fotos: Adriana Zapisek
1-jun-19
.- Madrid .- La soprano y actriz María Rodríguez encabeza un elenco de artistas
de primer orden: la mezzosoprano Gema Scabal, el bajo tenor Carlos London, el
bailarín y Luis Ortega... y el pianista Sergio Kullman, que actúan con el arte
del bel canto, la música y la interpretación en el madrileño El Rincón de la Rodríguez, café
concierto regentado por Álvaro Calvo.
Los aplausos y los bravos se suceden sin solución de continuidad.
María Rodríguez interpreta
actualmente el papel de la Beltrana como mezzosoprano en la zarzuela Doña Francisquita, que tiene lugar en el
Teatro de La Zarzuela de Madrid.
El espectáculo comienza con ópera,
lo abre María Rodríguez como
anfitriona artística, con su dominio del espacio, el escenario, las tablas...
un prima donna con acentos de show-woman para acercarse al público.
Esa es la ventaja del café-concierto, poder disfrutar si se quiere de los
artistas que gentilmente se acercan a saludar al final. María ofrece como
soprano lo mejor de la ópera y la zarzuela, no baja la guardia y sabe que la
calidad y la excelencia son fundamentales en el arte.
Gema
Scabal, pelirroja como una modelo de los prerrafaelitas, tiene una voz con
coloratura mozartiana y deja a los espectadores en suspenso para seguir sus
modulaciones de altura, con esa tensión de si llega o no llega ¡y vaya si
llega!. Arrebata los aplausos como nadie al interpretar un fragmento de La flauta mágica. Cuando interpreta La primorosa, se pone el vello de punta
y sentimos escalofríos de emoción. Y cuando actúa a dúo con María Rodríguez,
los espectadores comprueban como se funden mágicamente las voces en un solo canto
Carlos
London, tenor bajo, venezolano criado desde la infancia en España,
ligeramente “chocolate”, como dice María Rodríguez en el espectáculo, es capaz
de interpretar a Don Hilarión en La
verbena de la Paloma, junto a una María Rodríguez que hace de despectiva
Casta o Susana –ya no me acuerdo muy bien. ¡Qué voz profunda y aterciopelada la
de Landon, cuando interpreta el llanto borracho de La luna es blanca muy blanca/ y la noche es negra, muy negra...”
Luis Ortega, un bailarín con cuerpo de junco, un intérprete de la
danza española –no necesariamente flamenca, que también- que arrebata con su
belleza corporal y rítmica. Belleza racial, sin ser gitana. No en balde ha sido
primer bailarín en varias compañías y ha trabajado entre otros, con Sara Varas.
En su baile con la capa, en El sombrero
de tres picos nos tenía a todos, sobre todo a todas, magnetizados/as. Sus zapateados congelan el silencio. En la segunda
parte de zarzuela, se marcó un chotis sin moverse del ladrillo, con María
Rodríguez y todas la envidiábamos.
Sergio
Kullman, el pianista brasileño de origen germánico, residente en Madrid, es
pedagogo musical y maestro genial en el teclado. Con su aire de archiduque
austriaco, Kullman interpreta melodioso en solitario o acompañando a los
artistas, incluido al bailarín Luis Ortega en una conjunción admirable. María
Rodríguez lo respecta y lo invoca con frecuencia en el espectáculo.
El
vestuario se merece un comentario aparte por su lujo y diseño. La paleta
cromática y la variedad de textiles iban desfilando en los vestidos y en los
trajes, así como en la joyería de zarcillos, collares, colgantes y volantes.
María Rodríguez maneja el mantón de la China como nadie, todo un arte y
lenguaje que ella domina. Flecos, brillos, abanicos, zapatitos... El atrezzo es fundamental para un
espectáculo de canto y baile y en El
Rincón de la Rodríguez se cuida a la perfección.
Gema ScabalCarlos London
Luis Ortega
Un lugar único en Madrid
El
Rincón de la Rodríguez, un lugar espacioso y cercano al mismo tiempo, fuera
del abigarrado e incómodo centro de Madrid, sin estar en la periferia o las
ventas donde soplaba el viento en los viejos tablaos. Además se puede aparcar
con más facilidad. Situado en la calle Corazón de María, 4, en El
Rincón caben tres formas de asistencia partir de las 21 horas: terraza
exterior tranquila por retranqueada, sala alta para tomar una copa mientras se
ve el espectáculo a partir de las 22 horas, o sala baja donde se cena y se ve
más de cerca a los artistas. Tres años lleva abierto El Rincón de la Rodríguez y si, sigue con el listón alto, durará
eternamente. El espectáculo de ópera y zarzuela comienza a las 22 horas, en dos
partes y dura hasta las 24 h. con breve descanso.
Buen momento el descanso para saborear algún coctel de Sergio Garrigós, excelente coctelero de la escuela de Marbella. Disfrute del gusto, después del oído.
El Rincón de la Rodríguez también
ofrece “Tardes de Zarzuela”, con bebida y espectáculo, a partir de las 18,30,
donde pueden acudir grupos y disfrutar del género chico, “porque solo duraba
una hora, por su falta de importancia”, explica María Rodríguez, que ofrece las
mejores romanzas del repertorio español. La zarzuela es “un género hermoso, que
lejos de ser casposo hay que defender”, dice la soprano, dispuesta a
reivindicarlo por la belleza de su música. Ella lo hace divinamente y lo
explica en el tiempo y su autoría. Obras que se interpretan con aprecio en
diversos foros foráneos como el Carnegie Hall.
María Rodríguez sueña con hacer
sesiones infantiles y juveniles de ópera y zarzuela, con pinceladas pedagógicas
y está en contacto con profesores para lograrlo. “Hay mucho talento en las
escuelas de música y de canto de Madrid y es una pena, cuando se ve que no
tienen fácil salida para interpretar su arte”, explica la soprano, dispuesta a
defender el género español del canto y la danza como una heroína. Escuchándola
convence por la sabiduría, pasión y verdad que pone en sus palabras. Esta mujer
se merece una condecoración.
María y Gema
Luis Ortega
Sergio, María, Gema y Carlos
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