martes, 4 de febrero de 2020

“AHORA FEMINISMO”. Cuestiones candentes y frentes abiertos, libro de Amelia Valcárcel


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Julia Sáez-Angulo

            5/2/20 .- Madrid .- Una de las cosas buena que está haciendo el feminismo es la de reivindicar la obra de mujeres del pasado en todos los campos: literatura, artes plásticas, música... La escultura de Camille Claudel, alumna muy aventajada de Auguste Rodin, por ejemplo, no hubiera sido reestudiada y contemplada, si sus congéneres, las mujeres, no la hubieran reivindicado. Y como este caso, muchos otros en las artes y las ciencias.
            ¿Qué algunos feminismo se pasan de rosca y estupidez? Totalmente de acuerdo; yo no los llamaría tales, en principio, no llamaría feminismo aquellos movimientos que no inviten al hombre a participar en su apoyo para recatar del silencio la falta de visibilidad y resonancia en el presente y el pasado de muchas mujeres. Hay que aliarse, no enfrentarse. Los hombres que no quieran hacerlo, es otra cosa. Y sobre todo, saber que cada grupo feminista tiene sus aspiraciones y ritmo, sin que tenga que ser invadido o acusado por otros de distintos matices. El autoritarismo feminista, también existe y nos hace mucho daño a las mujeres.
            No hay que ir con paños calientes en las reivindicaciones feministas, pero sí respetar y estudiar mejores estrategias de éxito, de eso es de lo que se trata al fin y al cabo. Que mejore la mujer quiere decir que mejoran los hijos, las generaciones y por tanto la sociedad entera.

            Amalia Valcárcel ha publicado su libro Ahora feminismo. Cuestiones candentes y frentes abiertos, editado or la Universidad de Valencia, a través de Ediciones Cátedra. El libro estudia el recorrido del Feminismo desde su origen hasta la Modernidad; desde las reivindicaciones ilustradas hasta el Me Too que ha inaugurado el siglo XXI. El debate está vivo y hay que aprovecharlo.

            En el feminismo siempre encontramos cuatro grandes bloques: una teoría explicativa, una agenda, una vanguardia y un conjunto de consecuencias impremeditadas. “El Feminismo deberá ser reconocido algún día como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad”, dijo en su día la desaparecida Carmen Alborch.

            En el prólogo del libro se nos advierte que “en bastantes ocasiones, y en el feminismo, como nos sabemos vanguardia relativamente frágil y por lo tanto fácil de atacar, silenciamos las disensiones. Pero a veces hay que arrostra el peligro y decir bien fuerte que... hasta aquí hemos llegado.

            Totalmente cierto y de acuerdo, pero hay que recelar de los chiringuitos que nutren de dinero público algunos colectivos feministas bien untados por los partidos políticos.  No hay mas que tener los ojos abiertos. ¡Atentas y al tajo! Quizás por táctica, habría que alejarse de los políticos y políticas, tan sectarios/as que no permiten a otras juntarse en las marchas del 8 de marzo. Increíble pero cierto. ¿cabe más sectarismo? Algunas ministras o vicepresidentas adolecen de ese mal.

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