martes, 20 de octubre de 2020

Novela "Rendez-vous au Paradis", de Mercedes Deambrosis


Mercedes Deambrosis, escritora



L.V.


    20.10.2020 .- Madrid La escritora franco-española Mercedes Deambrosis ha escrito una novela de extraordinaria humanidad, bajo una superficie de crítica desafiante al núcleo familiar.  Rendez-vous au Paradis( Cita en el paraíso), recientemente publicada en Francia por Les éditions du Chemin de Fer (www.chemindefer.org), a primera vista parece la visión despiadada que tiene una hija sobre su  terrible madre, llamada Guri. La voluntad de Mercedes Deambrosis  en su primera novela autobiográfica es la de decir la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad al hablar de su madre. La narradora en primera persona, la propia M.D.,  no va a endulzar la relación materno-filial, no se autoengaña, ni quiere engañar a los lectores. La escritora ha vivido el carácter de su progenitora como un infierno: “Morirá como vivió, sin enterrar el hacha de guerra”, afirma. Pero mientras expone la historia de su madre y su entramado familiar, militares franquistas españoles, y la de su padre, hijo de los Deambrosis, una adinerada familia de aristócratas internacionales, instalados en Francia, la narradora va desvelando el infierno en el que vivió su propia madre. Mientras la escritora muestra la personalidad cruel, tiránica de Guri, el lector va descubriendo la hipocresía, las mentiras, las injusticias y los golpes existenciales que trabaron la vida de esa mujer española, transplantada a Francia. Los lectores de las páginas de esta novela salen convencidos de que esa madre resentida hizo sufrir tanto como a ella le habían hecho sufrir.

    La crónica de esta relación madre-hija está teñida ligeramente de culpa: “¿Alguna vez se ha dicho con tanta franqueza que tenemos el derecho de no amar a la madre, incluso cuando la sociedad nos impone ser una buena hija?”. Pero hemos dicho que Mercedes Deambrosis, en esta incursión en lo autobiográfico, se niega a mentir, aunque ello suponga ser una mala hija, pasar ante el público como una hija que confiesa no amar a su madre. 

    La escritora nos hace pensar en Meursault, el personaje de El extranjero, de Camus, que se negaba a fingir lo que no sentía. El propio Camus, en el prólogo de una edición americana de El extranjero, decía de su personaje: “El héroe del libro es condenado porque no juega el juego, porque rechaza mentir (…)Él dice lo que es, rehúsa enmascarar sus sentimientos y al instante la sociedad se siente amenazada”. La narradora de Rendez-vous au paradis, es de la estirpe de Meursault. Su heroísmo está en no aceptar las convenciones del amor universal materno. Cuando una madre le dice a su hija: “Eres el peor error de mi vida. Traje al mundo a mi peor enemiga”, y esa sentencia es injusta, sólo se puede aceptar la condena con el instinto de defenderse. Y la escritora lo hace mediante la palabra escrita. 

    Pero esta novela no es un ajuste de cuentas, sino un intento de comprensión, aunque esto no se exprese tácitamente. La escritora busca comprender por qué a pesar de ser una hija rechazada sigue cuidando a su madre enferma, en vez de alejarse y huir. Y de paso no le queda más remedio que analizar cuánta angustia pesó sobre la madre a lo largo de su vida. La razón de por qué la hija no se desentiende de una madre con fuerzas para seguir humillando, asoma en una declaración de la narradora: “El sentido del deber y la cobardía son armas muy fuertes, las llevo atadas al cuerpo desde siempre, como un verdadero soldado, digna descendiente de militares como soy. Y sigo aquí.” Un soldado al pie del cañón, así se define la hija convertida en cuidadora entregada hasta el final.

    Se coteja el presente de una mujer en fase terminal, con los hechos históricos y personales del pasado de Guri Deambrosis. Para crear los saltos temporales, la autora se sitúa en un tiempo íntimo y claustrofóbico en Francia, el tiempo de los hospitales y la enfermedad, relatado en primera persona. Por otro lado, mediante flash-backs alternativos, un narrador objetivo recrea el pasado español de la saga familiar, retrocediendo al año 1931, pues ese es el momento del nacimiento de Mercedes, la futura Guri, la espectacular joven rubia, la rebelde, la enamorada, la desapegada madre. 

    Deambrosis, la escritora de la pluma afilada como un cuchillo, la autora de Suite et fin au Gran Condé, o Juste pour le plaisir, novelas donde la crueldad, personal o social, se describe con un talento poco común, no ahorrará ni la dureza física del deterioro de la madre, ni el encallecido dolor bajo el imposible reencuentro entre las combatientes: ella y su madre. 

    La guerra civil y el franquismo son el telón de fondo que da densidad a la obra en los salpicados flash-backs, del pasado de la madre. Con una soberbia concisión y pinceladas certeras, la autora reconstruye también la posguerra española, el desarrollismo en Portugal, donde vivirá la familia, las crisis económicas en España y Francia y la desintegración laboral de un hombre, educado para amar y para brillar, Roberto Deambrosis, el marido de Guri y padre de la narradora.

     Como otros personajes más, la hija que nos habla y su hermana, aparecen en los episodios de la vida del matrimonio. Una vida itinerante, con momentos de esplendor y momentos de caída, una vida de cambios de países, de casas, de trabajos del padre y de la madre. Suficientes percances, traiciones familiares, desprecios, heridas, celos, para una acumulación de rabia, de cólera negra. Sobre todo en Guri, incapaz de reconocer el amor de su esposo, la paciencia de sus hijas, las trampas que le fue poniendo el destino. La historia real se convierte en novela porque los personajes individuales están mostrando experiencias universales. Sobre todo, Guri y Roberto, y también sus hijas, viven desubicados en el mundo, porque se les prometió más de lo que recibieron, porque las expectativas quedaron rotas por las injusticias y los obstáculos de la vida. Seres que casi tocaron con las manos el paraíso, y que no contaban a priori con el egoísmo de la condición humana.

    Una gran escritora como Deambrosis puede componer el espectáculo de una vida fracasada con todo detalle. Y puede hacerlo con brevedad, con emoción, con impresiones profundas, con la sinceridad más apabullante. Porque, entre las emociones en carne viva que jalonan esta obra, también aparecen la comprensión, la observación de los seres, capaces de lo peor y de lo mejor. Una extraña piedad cercana al deber y a la compasión de un buen soldado es la que se transparenta en la narradora, tal como se define ella misma. 

    La portada y collages interiores han sido realizados exquisitamente por el artista Renaud Buénerd, y, casualmente, debido a la pandemia, la novela vio la luz el mismo día del aniversario de la muerte de Guri Deambrosis, la madre protagonista de esta historia. Leer este libro es darse de bruces con la verdad de las relaciones familiares en estado puro. Y si hay un paraíso, no hay duda de que Guri y Roberto se reencontrarán allí. 

L.V.

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