L.M.A.
04.03.2022.- Madrid.- Con motivo del Día de la Mujer, el 8 de marzo, y del mes de la mujer en general durante estos 31 días de mes, Tardes de Prometeo han dedicado un recital poético a mujeres poetas del pasado inmediato, en su mayoría conocidas por la directora del acto, Ángela Reyes y por la rapsoda y escritora Soledad Serrano. Angela Reyes leyó la siguiente introducción al recital de poemas de Francisca Aguirre, Elena Andrés, Jaque Canales, Elvira Daudet, Concha Lagos, Julia Uceda, Acacia Uceta y Concha Zardoya.
" La capacidad de poder recordar es uno de los privilegios más grandes que tiene el ser humano. Poder regresar al pasado con el pensamiento y recuperar las voces jóvenes de los padres; el rostro de la primera maestra que tuvimos junto al olor de la goma de borrar y el polvo de la tiza; olores y sabores de nuestra infancia para luego saltar a la juventud donde nos aguarda el recuerdo del primer amor, el primer beso, al primer libro leído, todo esto es un don del que solo el Hombre puede disfrutar. De acuerdo que a veces el recuerdo duele y duele mucho pero hasta ese dolor nos hace más humanos. El poeta y el narrador, tan acostumbrados a volver la cabeza para reencontrarse con sus recuerdos, es una figura clave para no olvidar a sus maestros, ni olvidar a los compañeros de viaje que junto a él hicieron el camino de las letras; como tampoco debería olvidar los libros que fueron fuentes de las que él bebió.
Y para no olvidar, hoy celebramos “el día de la mujer”, recordando a algunas escritoras. Pero en esta ocasión no hemos elegido a Clara Campoamor ni a Victoria Ken ni a Concepción Arenal, tres españolas célebres que lucharon por equiparar a la mujer con los mismos derechos que el hombre, en unos años que a ellas ni siquiera se las permitía votar. Y no las hemos elegido porque hace tiempo que las tres, así como tantas otras que lucharon por nuestra igualdad, tienen la gratitud del mundo femenino y sus nombres han abierto un hueco en la Historia. Tampoco esta tarde se van a leer poemas de Teresa de Jesús, Sor Juana Inés de la Cruz, Rosalía de Castro, Alfonsina Storni, Carmen Conde y muchas otras famosas, por la misma razón. Estas mujeres ya son célebres, sus nombres, sus poemas, sus vidas han saltado a los libros de textos donde son estudiadas.
Hoy, para celebrar este día, hemos seleccionado un grupo de escritoras compuesto por Francisca Aguirre, Elena Andrés, Jacque Canales, Elvira Daudet, Concha Lagos, Julia Uceda, Acacia Uceta y Concha Zardoya. Y son ellas las preferidas porque fueron nuestras amigas, porque muchos de nosotros conservamos sus libros dedicados en nuestra biblioteca, porque aún leemos sus cartas escritas a mano y porque incluso varias de ellas pasaron por estos micrófonos de Prometeo. No podíamos olvidarlas si ayer, siendo ellas superiores en saber y en experiencia, nos hicieron un hueco en el “corro de la poesía” a cuantas jóvenes, allá por los años 80, empezábamos a publicar los primeros libros. Personalmente tengo que decir que sus poemarios fueron el “catón” donde aprendí la rima y la métrica.
Sabemos que no están todas las que deberían estar, que faltan muchos nombres en este sencillo homenaje como el de Ángela Figuera. ¿Quién se acuerda de la poesía de Ángela Figuera? Ella que dijo:
Cuando nace un hombre / hay un olor a pan recién cocido por los pasillos de la casa;/
en las paredes, los paisajes/huelen a mar y a hierba fresca /y los abuelos del retrato/
vuelven la cara y se sonríen.
Por qué no nombramos más a menudo a Adelaida La Santa y a Felisa Sanz. Y por qué hemos de olvidarnos de María Elvira Lacaci, ella que nos confió su dolor cuando dijo: Dios estaba allí. / Como si lo ignorase / le fui contando quedamente todo./ Él se quedó callado, mudamente callado. / Sí, sí, y me había escuchado,/ lo sabía, pero nada me dijo. / Nada me preguntó tampoco Él. / Su silencio aumentó mi tormento.
Hay tantas escritoras con las que ayer mismo nos carteábamos que sería imperdonable olvidar sus nombres. Donde quieran que ahora estén nos necesitan y si nos necesitan cómo volverle la espalda a Eduarda Moro y a Sagrario Torres; mi querida Sagrario, la mujer que le lanzó a don Quijote un reto al decirle: Dime: Si yo fuese a tu alcoba en una noche clara,/ desdoblado mi oloroso cabello, / y mis dientes brillaran al borde de tus labios,/¿cómo responderías oyéndome decir: / ¡Abrázame!? ¿Romperías las leyes del gran amor que te sujeta?
Pero tampoco han tenido mejor suerte las mujeres que vivieron junto a poetas célebres como, por ejemplo, Zenobia Camprubí, la esposa de Juan Ramón Jiménez. Ella, la traductora de la importante obra de Tagore, nos dejó un pequeño legado de poemas, ¿dónde están esos poemas que no salen a la luz y permitimos que se olviden. ¿Y qué ocurre con María Teresa de León la esposa de Rafael Alberti? Esta mujer, además de poeta, fue novelista, ensayista e hizo guiones para cine. En el exilio que compartió con Alberti dijo dame “Una patria, Señor, una patria pequeña, como un patio o como una grieta en un muro muy sólido. Una patria para reemplazar a la que me arrancaron del alma de un tirón.
Y no quiero acabar sin mencionar a Pilar Valderrama la musa, la Guiomar de Antonio Machado pero, sobre todo y ante todo, fue la mujer que publicara 6 poemarios y 3 obras de teatro. Entre sus poemas nostálgicos nos dejó estos versos, dedicados a Machado.
Aquel café de barrio, destartalado y frío, / testigo silencioso de nuestras confidencias, /
extremo de rigores, conjunto de inclemencias, / que sólo caldeaban tu corazón y el mío.
Son muchos los nombres femeninos que hoy nos hubiera gustado recordar y que el guión nos ha obligado a hacer una raquítica selección.
Y para recordar esta tarde a este grupo de escritoras nadie mejor que Soledad Serrano. En primer lugar por ser una mujer que escribe narrativa, que es conferenciante, tallerista y divulgadora cultural. En primer lugar porque es diplomada en Geografía e Historia por la UNED. En primer lugar por haber escrito obras de teatro que se estrenaron en radio y por haber adaptado centenares de obras clásicas que luego ha representado, junto a su esposo Enrique Gracia Trinidad, en Teatro a dos voces. En primer lugar porque ha escrito cuentos que se publicaron en la revista Escritores en Red y también ha escrito narraciones largas una de ellas Historias del Callejón, está dedicada al Madrid de su infancia.
Y en segundo lugar la hemos llamado para darle las gracias por lo mucho que trabaja para los demás. En centros de la Comunidad de Madrid, yo he presenciado en varias ocasiones sus lecturas de nuestros poemas y nuestros cuentos. Hoy día, la voz de Soledad Serrano es una de las más claras y más bellas que tenemos para leer el verso".
Ángela Reyes
TARDES DE PROMETEO. Espacio literario de la Asociación Prometeo de Poesía, desde 1980
1 comentario:
Todo lo expuesto es cierto. Y duele, al menos a mi me duele el olvido de las escritoras y poetas mujeres de miles y miles de mujeres. Por ello mi felicitación por revivir y resucitar a esas mujeres con nombres y apellidos a las que yo tuve la suerte y el privilegio de conocer a algunas de ellas.
gracias por ese homenaje.
Natividad Cepeda
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