martes, 26 de julio de 2022

CRÓNICAS ESCURIALENSES IX. Julia Sáez-Angulo: Entre el monte Abantos y la casa fosilizada en los años 50 y 60. (I)


Monte Abantos. El Escorial
La autora ante el ordenador y el monte Abantos


L.M.A.

Fotos: Mercedes Marcos

26/7/22.- Madrid.- Contemplo el monte Abantos cada vez que levanto la vista del ordenador. De tanto escribir, pensar, coser, cantar, escuchar música y rezar ante él, se me antoja un monte sagrado como los de la Biblia. Es el más querido y citado de los montes escurialenses, a los que acompañan el pico de San Benito y las montañas gemelas a la que llaman, llamamos, las Machotas. En 1999 el monte sufrió un incendio y nuestra angustia fue terrible. Lamentablemente, y como de costumbre, los políticos malevos -provocadores- prometieron que no se construiría más, pero todo es cuestión de que los releven otros amorales más que inmorales. De momento, una urbanización de tejados rojos asciende al pie de su falda y se dijo que no subirían más. Somos tan escépticos que pensamos que llegarán nuevos malevos, que harán buenos a los anteriores.

Llevo varias décadas veraneando casi tres meses en El Escorial -incluso cuando iba al trabajo durante dos meses estivales-y aquí me siento como una reina, por algo se trata de un Real Sitio. Mi casa está en la urbanización de Parque Real, al lado de la llamada Prado Real y no lejos de la denominada Tres Reyes, porque aquí somos todos muy monárquicos, mientras no se demuestre lo contrario, y siempre que podemos llamamos real a nuestros lugares. Real en el sentido regio y no con la ignorancia de aquel diputado republicano que pidió en las Cortes que se dejara de llamar “derechos reales” a los impuestos sobre las cosas (el res- rei de los latinos), creyendo que eran derechos del rey exiliado. La ignorancia es atrevida.

Lo malo del asunto es que, los taxistas y las ambulancias se lían a veces con tantas urbanizaciones reales.

En el XIX se separó el Real Sitio en dos municipios: El Escorial y San Lorenzo-, unidos sin solución de continuidad; craso error que ahora resulta difícil de enmendar. En el habla coloquial los de El Escorial llaman gurriatos (crías de gorriones, porque viven en lo alto) a los de arriba, y los de San Lorenzo, llaman caciques a los de abajo (porque, aparte de los serranos, vivían los caciques que compraron, a bajo precio, las tierras de la desamortización de monasterios y tierras a los frailes). La Desamortización fue una legislacion con buen fin: acabar con las llamadas "manos muertas", es decir tierras que no podían enajenarse, pero con consecuencias nefastas, por no tener en cuenta la situación social de España, porque solo los nobles y caciques podían comprar esas tierras a buen precio. En resumen, pasaron de los frailes a los caciques. Yo vivo en la línea fronteriza, donde se encuentra la urbanización de Los Escoriales, porque una parte pertenece a lo que comúnmente se llama es El Escorial de Arriba y la otra a El Escorial de Abajo.

Conviene aclarar que El Escorial es un pueblo con pasado neolítico (lugar de la Silla de Felipe II) y bosques ancestrales que lindan con la provincia de Ávila. San Lorenzo de El Escorial es el sitio del monasterio soñado por Felipe II y que el arquitecto Juan de Herrera le dio forma de parrilla -instrumento de tortura para san Lorenzo mártir- con dieciséis patios en sus trazas. La basílica es una construcción que quiso emular al templo de Salomón, según el sabio jesuita Villalpando (1552-1608) por lo que el Ministerio de Cultura, cuando yo trabajaba en él, organizó una preciosa exposición en 1991, con toda clase de planos y explicaciones, titulada “Dios arquitecto. Juan Bautista Villalpando y el templo de Salomón”, porque fue la divinidad quien inspiró el templo de Jerusalén, pues los otros lugares de oración de los judíos son sencillas sinagogas. El catálogo de la muestra es una joya y vale la pena releerlo, para ver cómo Villalpando asesoraba al rey de España para emular al templo de Salomón. Destruido el templo de Jerusalén por el romano emperador Tito el año 70 de nuestra era, solo nos queda la basílica de El Escorial como tal. 

En El Escorial todo supura grandeza. Todo es regio, incluidas la Casita del Príncipe Don Carlos y la Casita del Infante don Gabriel, más conocidas por la Casita de Abajo y la de Arriba respectivamente, al igual que los Escoriales.

También está el Monasterio de Prestado, antiguo convento de los Jerónimos, después fábrica de vidrio y hoy fundación germana reservada y con opacidad, sin posible visita alguna, pues todo son silencios. Este año no tiene ni siquiera un teléfono en la puerta (al que en años anteriores nadie respondía, por más que yo lo hice y dejé mis teléfonos de contacto). Felipe II lo visitaba mientras se construía el monasterio laurentino de arriba, si bien se alojaba en las dependencias parroquiales de la iglesia de San Bernabé, construida por el arquitecto Francisco de Mora. Este vetusto monasterio, se encuentra frente al Ayuntamiento de El Escorial, Consistorio flanqueado por dos encinas, aesculum en latín y ésculos en el viejo castellano, como apunta un vetusto diccionario que opera en mi poder: el “Diccionario completo de la Lengua” Española” de Rodríguez Navas, editado por Saturnino Calleja en 1905. Un tesoro de la lengua.

    El Escorial está rodeado de bosques, principalmente de ésculos, carvajos (robles) y quejigos (robles carrasqueños o rebollos), a los que se han sumado las coníferas de pinos, abetos,  sequoyas, sabinas protegidas (una de estas se salvó al construir el Auditorio (2006) al tener que construir un patio específico para preservarla).  

Un episodio histórico deplorable: Napoleón

Hay un episodio histórico relacionado con El Escorial que me encocora: la invasión depredadora de las tropas de Napoleón, para despojar las riquezas del monasterio filipino. Los gabachos venían con un listado de objetos de arte y bibliofilia escrito desde Paris, para afanar a los monjes y por ende a la riqueza patrimonial del pueblo y de los españoles. Afortunadamente, estalló el levantamiento del 8 de mayo en la Puerta del Sol de Madrid y las carretas con el botín escurialense trincado para los mariscales y los murcios napoleónicos, tuvo que regresar al monasterio. Todo se inventarió antes de salir, por lo que se constató que se perdieron algunos objetos entre las uñas de los rapaces gabachos. 

        Los escurialenses lucharon muy bravos contra los franceses y muchos de aquellos murieron. Un monumento en la Plaza del Ayuntamiento conmemora la victoria definitiva contra Napoleón, en una fuente que representa una águila imperial boca a arriba, sujetas sus alas por las garras de dos leones. 

    En las caballerizas del monasterio filipino tuvo lugar una gran exposición sobre el vergonzoso paso de las tropas napoleónicas por El Escorial en 2008, en la que se nos refrescó la memoria sobre el despreciable acontecimiento bélico en estas latitudes. Todos los años, el 2 de mayo, se celebra la fiesta de la independencia con distintos actos y una representación de la Historia, donde no faltan las vestimentas evocadoras de los habitantes.

Detesto a Napoleón como el gran depredador de Europa, por más que tenga sus defensores como buen estratega, porque creara el Derecho napoleónico o el sistema de pesas y medidas para toda Europa. Esperanza Aguirre, ministra de Cultura, fue más dura en la conmemoración del bicentenario en 2008; calificó la invasión napoleónica de genocida, pues los madrileños no podían llevar ni siquiera una navaja en el bolsillo, útil necesario para comer, pues el tenedor era muy sofisticado para el pueblo. Por supuesto, el embajador de Francia no acudió a las conmemoraciones de aquel bicentenario en España. La familia de Esperanza Aguirre tiene asentamientos en El Escorial.

  Napoleón Bonaparte fue un corso que despreciaba al resto de los pueblos y tradiciones que no olieran a queso Camemberg. Lo pagó caro, porque fue un neo-emperador que no murió en el trono, sino exiliado dos veces en una isla perdida. No supo conservar el Imperio en una sola vida. Estoy convencida de que se debe, en parte a la maldición de Tutankamon, por profanar su tumba, quedándose una noche entera en la pirámide egipcia que la albergaba. Así lo sostengo en mi libro “Historias y personajes del Norte de África II” (2021).

    Las tropas napoleónicas, junto a la guerra civil de 1936-39 y la Desamortizaciones de los bienes eclesiásticos, han sido los tres peores azotes del  Patrimonio nacional histórico-artístico de España. Tema para una conferencia.

    Los jardines del monasterio y las Casitas de Arriba y de Abajo cuentan con árboles singulares traídos de América como las araucarias, que se han adaptado a estos montes divinamente. Encinas y coníferas se alternan pacíficamente en los jardines reales, que cuentan a su vez con recintos de tierra reservados para huertos con árboles frutales como perales, manzanos o membrillos. Una fuente con nenúfares, un estanque de aguas verdosas con peces y ranas, junto a un laberinto de boj permiten pasear y jugar al escondite en el jardín de la Casita de Abajo que es otro punto interesante del lugar. De los bosques de la Herrería y el alto de la silla de Felipe II, mejor visitarlo en las cuatro estaciones del año, pues su atractivo es singular en cada una de ella. Yo recomiendo la primavera cuando florecen los piornos amarillos y nos regalan su aroma campestre.

    ¡Ah! En El Escorial se come muy bien, con las buenas carnes de las propias dehesas y de las vecinas abulenses. El chuletón de Avila no falta en la carta.

** Mañana: CRÓNICAS ESCURIALENSES. Julia Sáez-Angulo: Entre el monte Abantos y la casa fosilizada en los años 50 y 60.  (y II)

Más información

https://lamiradaactual.blogspot.com/2021/09/el-monasterio-de-prestado-un-monumento.html

https://www.youtube.com/watch?v=vm3a9gKMpI0&ab_channel=AteneoEscurialense

Julia Sáez-Angulo ante el Real Monasterio de San Lorenzo

Monasterio de San Lorenzo de El Escorial (2022)

Diccionario Rodríguez Navas (Edit. Saturnino Calleja (1905)

Bosque de la Herrería. El Escorial

Fresnos del bosque de la Herrería

Monumento contra la invasión napoleónica.
El águila del imperio francés bajo las garras de los leones

Ayuntamiento de El Escorial entre dos ésculos o encinas

2 comentarios:

Julia Saez Angulo y Dolores Gallardo dijo...

Carmela Saro y Bernanñdo de Quirós


Qué bonito e histórico artículo Julia. Me ha encantado. Me gusta el Escorial, tengo muy buenos recuerdos de mi infancia y juventud sobre todo. "La oveja negra, el Manitas" etc.

Julia Saez Angulo y Dolores Gallardo dijo...

Ohhhh Julia. me encantó leeeeeer tu impresionante descripción poética de El Escorial de Arriba y el de Abajo !!!! Volví a visitar mentalmente todos esos lugares que tu señalas, guiados por tus sabias manos y locuaz explicación pertinente, poderosas tus palabras que me hacen evocar tantos lindos paseos por El Escorial. Gracias y besitos porteños ADRIANA ZAPISEK