Julia
Sáez-Angulo
Afortunadamente,
el museo San Isidro de los Orígenes de Madrid está abierto a los ciudadanos, en
medio de un panorama deplorable de los museos del municipio madrileño, que
tiene cerrados los otros dos museos, el Municipal de Historia de Madrid y el de
Arte Contemporáneo en el Centro Conde Duque. El Museo de San Isidro, situado en
un hermoso e histórico edificio en el barrio de La Latina, merece una pausada
visita por su belleza y colecciones. La institución está dirigido por la
conservadora Carmen Herreros.
El
que fue palacio de los Condes de Paredes, más conocido como la Casa de San
Isidro, por ser el lugar donde la tradición madrileña sitúa la casa donde vivió
el santo, es la sede el Museo de los Orígenes de Madrid. Del edificio original
se conserva un patio renacentista del XVI, en el que ha expuesto el fotógrafo
madrileño Javier Abella, sus fotos sobre la capital que ha publicado en el
libro denominado Otras Realidades. Madrid.
Una serie que ha sido adquirida en su conjunto por un coleccionista.
El Museo de San Isidro también se conserva la capilla del siglo XVII,
decorada en 1789 con frescos de Zacarías González Velázquez, y el llamado “Pozo
del milagro”, en el que, según la tradición, San Isidro salvó a su hijo de
morir ahogado, haciéndole subir del fondo hasta el brocal.
Las
piezas histórico artísticas, que abarcan las colecciones de Museo San Isidro,
van desde la arqueología con piezas como un molar del homo Neanderthalensis o Heidelbergensis, hasta la Edad Moderna, cuando Felipe II
establece su capitalidad en Madrid. A partir de este príncipe renacentista, la
historia de la capital de España continúa en el Museo Municipal de Historia,
condensada en piezas que van desde pintura, escultura, mapas, artes
decorativas, documentos, etc.
Hay piezas
singulares como sucede con los dos espléndidos cenotafios renacentistas de
Beatriz Galindo La Latina y su esposo Francisco Ramírez de Madrid, el
Artillero, importante capitán de los Reyes católicos, cenotafios procedentes
del convento y hospital de La Latina. El museo se cierra con la gran maqueta de
Madrid en el siglo XVII, basado en el espléndido plano de Madrid de Pedro
Teixeira, de 1956.
La
colección de cerámica antigua es muy rica y variada. Hay objetos de la edad de
bronce, una sepultura neolítica, un enterramiento campaniforme; un dolmen de
entre términos; mosaicos y bustos romanos de ciudades y villas romanas
establecidas en el suelo de la hoy región madrileña; una necrópolis
tardo-romana; un panteón con armas.
El
capítulo de la presencia árabe en lo que fue Madrid está presente a través de cerámica o
astrolabios. Como lugar de Castilla y sede ya de la monarquía de los
Austrias son otros apartados interesantes del museo. La llegada de la Corte a
Madrid tuvo lugar en 1561. La Baja Edad Media y el Renacimiento fueron clave
para el desarrollo de Madrid y su capitalidad.
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