Del 29 de enero al 26 de abril en
la sede de Fundación Montemadrid
· La exposición The Presence of Black contiene
80 obras entre lienzos, grabados, murales y dibujos, muchas de ellas nunca
vistas en España, reflejo de los años americanos del autor
· Granada, su tierra natal, ha sido hasta
el pasado día 6 de enero la primera parada de esta exposición. La figura de su
paisano Federico García Lorca está muy presente en la muestra
· 35 años después José Guerrero vuelve a
la Casa de las Alhajas donde en 1980 tuvo lugar su gran antológica en España de
gran influjo para los jóvenes artistas de la transición española.
Autorretrato (1949)
L.M.A
Madrid, 29
de enero de 2015. La
Casa de las Alhajas de Fundación Montemadrid acoge, tras
su paso por el Centro José Guerrero y la Alhambra, en Granada, la exposición José Guerrero. The Presence of Black,
1950-1966 la primera inmersión
monográfica, en profundidad, de los años
americanos del pintor. La muestra – que estará abierta entre el 29 de enero
al 26 de abril- refleja, esa etapa experimental de su trabajo que se tradujo
formalmente en la depuración del lenguaje figurativo que había marcado su etapa
europea hasta conducirlo al campo de la llamada abstracción biomorfica de
cierto contenido simbólico o metafísico. La muestra continúa con su posterior y
plena integración en el expresionismo abstracta mediada la década y finaliza en
el momento del reencuentro con su memoria española.
Entre los trabajos que pueden
verse – muchos de ellos nunca vistos en nuestro país- hay 30 lienzos, cinco
obras murales, 17 grabados y 28 dibujos, además de material de documentación y
un vídeo realizado para la exposición.
José Guerrero es uno de los más destacados artistas
del siglo XX. Pintor clave del expresionismo abstracto, de gran proyección
internacional y pionero de la recuperación de la tradición moderna en España.
La exposición ha sido posible gracias al Centro
José Guerrero, el Patronato de la
Alhambra y el Generalife, la Diputación
de Granada, Acción Cultural Española y Fundació
Suñol, además de Fundación Montemadrid.
“Yo me fui
voluntariamente. Nunca fui un hombre perseguido. A mí lo que me interesaba era
ir adonde estuviera el arte de mi tiempo”, declaró
Guerrero en una ocasión. El autor llegó a Estados
Unidos en noviembre de 1949,
tras casarse en París con la periodista americana Roxane Whittier Pollock. Con el bagaje de sus estudios en la
Escuela de Artes y Oficios de Granada, que completaría, tras la Guerra Civil,
en la Escuela Superior de Bellas Artes de San Fernando de Madrid, y la
experiencia de un itinerario formativo por la Europa de posguerra que le
permitió conocer de primera mano la obra de los grandes maestros vanguardistas (Matisse, Picasso, Gris, Miró, Klee),
Guerrero llegó a la nueva capital del arte moderno, Nueva York, cuando en la ciudad dominaba el expresionismo abstracto. A pesar de todo lo que había aprendido en
el viejo continente, la conmoción fue formidable. Él mismo lo confesó: «Recuerdo el shock que me produjo la primera exposición de Pollock, las exposiciones que se iban
sucediendo. Era como ir ardiendo interiormente. Un fuego que me iba estimulando
a pintar […] Cada vez que veía estas obras las miraba con tanta intensidad que
luego tenía que ir hacia una ventana para encontrar el cielo y poder hallar en
él algo que me fuera familiar. Eran obras tan nuevas como jamás había visto yo
en Europa. A menudo le decía a Roxane:
“Me van a hacer falta cinco años para reponerme de este cambio de vida, de
ambiente y de arte”».
Cinco secciones
La muestra está dividida en
cinco secciones. La primera, basada en los primeros
trabajos realizados por José Guerrero tras su llegada a Estados Unidos, en
noviembre de 1949, en los que además de aprender las técnicas del grabado el
pintor ensaya otras técnicas para llevar hasta sus últimas consecuencias la
evolución hacia la abstracción, y que se ha denominado: La abstracción biomórfica.
De las bioformas al gesto, formada
por obras realizadas desde los inicios
de los años 50 hasta mediada la década, entre las que se encuentran grandes
lienzos Black Cries, pintado con
motivo del nacimiento de su hija Lisa; Ocultos,
Signos, Ascendentes, Black Followers y Signo, una estación intermedia o fase
de transición dentro de la evolución de su obra.
Frescos portátiles
En Pintura y arquitectura, una de las
novedades de esta retrospectiva, muestra a un Guerrero muralista que pretende integrar en la pintura los nuevos materiales que la industria de la construcción
proporcionaba (uralita, ladrillos refractarios, bloques de cemento, etc.) y que
denomina frescos portátiles. La Casa de las Alhajas mostrará entre las
80 obras expuestas, un conjunto
significativo de grabados y de estos
paneles, que nunca antes de la
actual muestra se habían expuesto.
El expresionismo abstracto es el
título de la cuarta sección. En ella aparecen obras en las que el pintor muestra signos claros de cambio,
gracias al uso de colores provocativos
sumados a formas dramáticas, en los
que el negro ocupa un notable protagonismo que le permite
trasladar al lienzo su mundo emocional.
La memoria revisada, en torno a 1962-1963, es el prólogo de su vuelta a España, algo que
ocurre en 1965, con obras cuyos títulos
están relacionados con la patria del pintor: Albaicín (1962), La Chía
(1962), Sacromonte (1963). A partir
de 1965 los Guerrero se establecieron en Frigiliana
(Málaga), donde adquieren y remodelan un cortijo al que vuelve desde entonces
todos los veranos; Cuenca, animado
por el ambiente creado en torno al Museo de Arte Abstracto Español; y Madrid.
Lorca
La figura de Federico García Lorca ocupa un lugar destacado dentro de este
apartado. Con motivo del 30 aniversario
de la muerte del poeta de Fuente Vaqueros, José Guerrero realiza un viaje por Andalucía en 1965 (acompañando
a su mujer que en esos días realizaba un reportaje sobre Lorca para la revista Life) y visita el Barranco de Víznar, donde Lorca fue asesinado, realizando numerosos dibujos recopilados en un
cuaderno, que por primera vez
pueden contemplarse en esta muestra.
Además, fruto de aquel intenso
reencuentro, Guerrero pinta La Brecha
de Víznar (1966), una de sus obras más influyentes, y otras telas
monumentales de evocaciones lorquianas que también pueden verse en The presence
of Black 1950-1966 como A la muerte de
Sánchez Megías (1966) o Antojos
negros con amarillos (1966). Las enseñanzas que Guerrero extrajo de La
Brecha de Víznar, escenario de un intenso
psicodrama y laboratorio
experimental, dan pie a una nueva
etapa de su obra.
La Alhambra, escenario previo de esta exposición,
también fue para José Guerrero motivo de
inspiración, especialmente en un motivo plástico que le acompañaría toda su
vida: el arco, por su recurrencia
decorativa y arquitectónica en la Alhambra.
También, tuvo una enorme influencia en su obra el paisaje visual que rodea a los Palacios
Nazaríes: el Albaicín y el Sacromonte, que fueron temas habituales del artista.
Guerrero vuelve a Alhajas
Ya en 1980, la Casa de la Alhajas albergó su gran
exposición, que con el título de José
Guerrero se pudo ver desde diciembre 1980 a enero 1981, y que contó con el
asesoramiento del propio artista. Dicha muestra fue, sin duda, decisiva para el conocimiento de Guerrero
entre la joven generación de pintores de la transición española, que
descubrieron en el granadino a un maestro y un amigo. Según afirma Calvo
Serraller en su crítica a la exposición en El
País del 20 de diciembre de 1980 titulada José Guerrero, demasiado pintor en la muestra “se pueden ver cuarenta años de producción de este granadino nacido en
1913 y vecino de Nueva York de 1949, lo que le convierte en un testigo
privilegiado de una de las aventuras pictóricas más excitantes del siglo. Pues
bien, que este viaje americano no era una cuestión de turismo lo vemos muy
dramáticamente en el argumento que desarrollan sus cuadros”.
Tras su periplo en la Casa de las Alhajas de Fundación Montemadrid, The Presence of Black (1950-1966)
viajará después a la Fundació Suñol de Barcelona donde estará expuesta desde el
7 de mayo al 5 de septiembre de 2015.
Más información
José
Guerrero, The Presence of Black
(1950-1966)
Fecha: Del 29 de enero
de 2015 al 26 de abril de 2015
Horario: De martes a
domingo de 10:00 a 14:00 h y de 16.00 a 20.00 h.
La taquilla cierra a las 19.30 h.
Entrada
general: 2 € Gratuita para Estudiantes, Desempleados y Jubilados, previa
presentación de la documentación acreditativa
Domingos
entrada libre.
Lugar: Casa de las
Alhajas de Fundación Montemadrid
Plaza de San Martín, 1, 28013 Madrid.
Metro: Sol, Ópera y Callao
Organizan: Centro José
Guerrero, Diputación de Granada, Patronato de Alhambra y Generalife,
Fundación Montemadrid. Colabora: Fundació
Suñol, y Acción Cultural Española.
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