lunes, 26 de enero de 2015

"Estados amurallados, soberanía en declive", libo de Wendy Brown editado por Herder

¿Por qué, 25 años después de la caída del muro de Berlín, hay tantas naciones que siguen construyen sofisticados muros en sus fronteras?

L.M.A.

Los nuevos muros poco tienen que ver ya con las fortalezas de la Edad Media ideadas como instrumentos de protección de los reinos y contra ejércitos enemigosLos muros de hoy se construyen contra agentes no estatales, percibidos como una amenaza cultural, religiosa, étnica o económica.
En Estados amurallados, soberanía en declive (Herder Editorial, 2015) la profesora de Ciencias Políticas de Berkley Wendy Brown defiende la idea de que estos nuevos muros, lejos de estar destinados a la protección revelan en cambio una creciente pérdida de soberanía por parte de los estados y una incapacidad para cumplir la función para la que precisamente -y paradójicamente- fueron construídos.

Los nuevos muros de los Estados nación constituyen la iconografía de esta situación en que se encuentra el poder estatal. Quizá contra lo que pudiera pensarse, el debilitamiento de la soberanía estatal y, con más precisión, la desvinculación de la soberanía del Estado nación genera gran parte del actual frenesí constructor de muros. Más que expresión renovada de la soberanía del Estado, los nuevos muros son los iconos de su erosión.

Para Wendy Brown los muros son una paradoja visual: lo que teóricamente representa la soberanía estatal expresan en realidad su debilidad con relación a otras nuevas fuerzas globales. Entre esas fuerzas globales la autora señala los movimientos globales de capital y el creciente poder de nuevas instituciones transnacionales legales, económicas y políticas.

Brown aborda en el libro la situación de dos de los más célebres muros actuales: el de Israel y el de la frontera de Estados Unidos y México.

Aunque de diferente índole, para Brown “los muros pueden ser eficaces sirviendo como contención psíquica, aunque fracasen en el intento de interceptar o repeler los flujos transnacionales y clandestinos de personas, mercancías y terrorismo, flujos que son tanto indicio de debilitamiento de la soberanía política como contribución a que este se presente”.

Como apunta Étienne Balibar en el prólogo del libro, la conclusión de Brown es que “la importancia de los muros no reside tanto en su (dudosa) eficiencia como en su (ostentosa) visibilidad”.

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