Julia
Sáez-Angulo
Suena
chusco esa obsesión que tenía el ministro de Defensa José Bono –durante el
gobierno Zapatero-, por tomar notas de lo que le decían o escuchaba para en el
futuro escribir un libro, este libro titulado José Bono, Diario de un ministro, que ha sido publicado por la
editorial Planeta.
El
propio Bono ha contado que, con frecuencia, se retiraba al cuarto de baño para
tomar sus notas lo más textualmente posible y que no se le escapara una nota. A
esto se le llama ir haciendo caja para el futuro y Bono lo ha hecho, como lo
hizo el escritor argentino Bioy Casares con las conversaciones que él y Borges
sostenían en su almuerzo semanal, mientras Borges se iba a echar la siesta. El
autor de El Aleph hablaba con
libertad, casi un off the record, mientras su discípulo tomaba nota de lo que
decía, maldades incluidas.
Las
deliberaciones del Consejo de ministros requieren obligación de sigilo; es de
esperar que este campo lo haya acotado bien José Bono (Salobre, Albacete, 1950),
quien ya tiene un anterior libro de memorias titulado A vueltas con e futuro.
El libro
lleva como subtítulo: “De la tragedia del 11-M al desafío independentista
catalán. Astuto como es José Bono, no
olvida comentar y apostilla lo escuchado, como la exigencia de Arthur
Mas de retirar el término “nación” del Estatuto Catalán a cambio de más dinero.
Los supuestos principios se rebajan por la pela.
También habla de las malas que acabó llevando Maragall a la cúpula socialista, “buscando
la ruina” con el Estatuto catalán,
La
investigación de la tragedia del Yakolev 42 fue un campo que le tocó de lleno,
así como la retirada de las tropas de Irak, lo que causó duro enfrentamiento
con Bush y Rumsfled. El libro lo dedica el autor a los 62 soldados muertos en
2003 cuando regresaban de Afganistan en el Yacolev 42.
José Bono, Diario de un ministro llevan
un útil diccionario alfabético y una serie de paginas con fotos en blanco y
negro, que ilustran lo escrito. En el prólogo están los apartados explicativos
o justificatorios del propio autor: Los hechos por encima de las opiniones; Ni
mentiras ni fábulas; Secreto sobre las deliberaciones del Consejo de Ministros;
Atentado del 11-M: Días de dolor y de infamia; El regeso de tropas de Irak,
Yakolev 42; De la Iglesia de Roma a la de Francisco… (se dice que el cardenal
Cañizares, que estuvo en Toledo sí conoce bien los entresijos de Bono).
El libro
se abre con una cita de Amín Maalouf: “Mi vid ano es nada del otro mundo, pero
es mi vida, y si considerase que solo merece olvido, sería que no he merecido vivirla”.
Como diría Gabriel García Márquez: Vivir para contarla.
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