El programa del centenario ha reivindicado la vigencia de la lectura de la obra del Nobel mexicano
L.M.A.
“Si algún día no tengo pan, denme medio pan y un libro”. El pintor Frederic Amat recodaba esta mañana, en el Instituto de México en España, estas palabras de Octavio Paz durante la rueda de prensa de clausura de las actividades conmemorativas de los cien años del nacimiento del Nobel mexicano. Amat, creador del logo imagen del centenario, ha sido protagonista del acto junto al poeta y ensayista Andrés Sánchez Robayna, quien ha señalado que hay “muchos Paz en Octavio Paz”: el poeta, el ensayista, el crítico de literatura y artes plásticas, el traductor y el animador cultural.
Como Aurelio Major, comisario del programa conmemorativo, hizo un rápido y contundente balance del programa del centenario, que ha involucrado a 33 instituciones, “razón que explica la ambición del proyecto”.
Más de 100 personalidades del mundo de la cultura de las dos orillas de idioma han participado en los 32 actos organizados. Escritores, pensadores, poetas, políticos, en los que coincide, en muchos casos, la condición de amigos personales del poeta mexicano. Nombres como: Víctor García de la Concha, José Manuel Blecua, Fernando Savater, Juan Villoro, César Antonio Molina, Frederic Amat; Javier Gomá, Manuel Borrás, Juan Malpartida, Orlando González Esteva, Juan Arnau, Pere Gimferrer, Hans Meinke; Jordi Doce, Julio Trujillo, Luis Antonio de Villena, Julio Ortega, Enrique Fierro, Antonio Gamoneda, Clara Janés, Juan Antonio Masoliver, Ida Vitale; Alfonso Alegre, Miguel Casado, Olvido García Valdés, Vicente Molina Foix, Pedro Provencio, Jaime Siles, Jenaro Talens, Eduardo Milán, Manuel Ferro (quien hizo presente la poesía de José-Miguel Ullán); Jorge Edwards, Felipe González, Enrique Krauze, Mario Vargas Llosa, Ricardo Cayuela; Armando González Torres, Antonio Colinas, Álvaro Delgado-Gal; Basilio Baltasar, Juan Manuel Bonet, Alberto Ruy Sánchez, Tulio Demicheli, Hugo Hiriart; Alain-Paul Mallard, Rafael Argullol, Orlando González Esteva, Ana Nuño, Valentí Puig, Carme Riera, Adolfo Sotelo, Christopher Domínguez Michael o Luis María Anson, entre otros.
Al final del acto, la embajadora de México, Roberta Lajous, ha desvelado la placa que da el nombre de Octavio Paz a la Biblioteca del IME, que con más de 14.000 volúmenes, abre sus fondos al trabajo de investigadores e interesados en la cultura mexicana. En palabras de Paz: “Una biblioteca no es un archivo sino una apropiación del presente y del pasado”. En la clausura también han intervenido Alicia Mayer, directora del Centro de Estudios Mexicanos UNAM-España y el director del Instituto de México, Pablo Raphael.
Esta tarde, en el Instituto Cervantes, Robayna y Amat mantendrán un diálogo abierto en el que contextualizarán la obra del escritor mexicano en sus facetas de poeta y ensayista, así como sus trabajos de traducción, sin olvidar la importancia de su correspondencia. Su monografía sobre Duchamp y su libro sobre Sor Juana serán “El repentino cuerpo del instante”,verso tomado de uno de los últimos poemas de Octavio Paz, que da título a la conversación.
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