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Julia Sáez-Angulo
09/09/18 .- MADRID .- Emana majestad
de toda su figura, en su cortesía y en sus palabras. Un rey que pasó su
juventud en Madrid, con el príncipe Don Juan Carlos como amigo, que casó en
1962 con la española Doña Margarita Gómez-Acebo, que ha tenido cinco hijos
cuyos nombres empiezan todos por K., que ha vivido todos los avatares de Europa
del siglo XX y que propició en los 90 una colección del Grupo pro Arte y
Cultura, PAC, -cien obras- para el Museo de Arte Contemporáneo, Sección de Extranjero en Sofia, con la Infanta Doña Elena de
Borbón a la cabeza Doña Ana de Orleans, princesa de Francia.
Este rey, que el pasado año reunió a
todas las familias reales con motivo de su 80 cumpleaños, ha escrito sus
memorias en un libro titulado Simeón II
de Bulgaria. Un destino singular, publicado por la editorial Nobel en
España, después de haberse hecho en Francia. El libro fue presentado en la Real
Academia de San Fernando, y en el acto estuvieron presentes los reyes eméritos
de España, Don Juan Carlos y Doña Sofía.
Simeón Borisov Sakskpburggotski o
Simeón de Sajonia-Coburgo-Gotha (Sofia. Bulgaria, 1937) fue el último rey de
Bulgaria, que más adelante fue primer ministro del mismo país entre 2001 y
2005, por elección. Hoy sigue residiendo en su país y hemos perdido su cercanía en Madrid, aunque
viaja a la capital de España con cierta periodicidad para ver a hijos y nietos.
Los miembros del PAC lo vemos de vez en cuando, más bien a la reina Doña
Margarita, en los encuentros en casa de Mayte Spínola y nos alegra de veras. La
querida y desaparecida Inés Medina fue la comisaria de la hermosa colección del
PAC para Bulgaria, organizada por Mayte Spínola, como primera de las grandes
donaciones del Grupo.
Por mi parte, conocí al rey Simeón
en los 80, durante el refrigerio después de la misa de pascua en la iglesia
ortodoxa de Madrid, a la que acompañé a mi amigo el escritor Mario Soria, que
era a su vez amigo del padre Dimitri. Allí había tres familias reales: la de
Bulgaria, la de Bagration de Georgia y la del rey Simeón, un hombre cortés y adorable que
sabía entregarse a la persona con quien hablaba, sin distracción alguna. Un
arte social que no todos dominan. Le conté que una mujer búlgara me había
regalado un ejemplar de geranio, que tiene una hoja especial dentada y bonita,
que se ponen o ponían los monárquicos en su país.
Memorias
dedicadas a sus hijos y nietos
Las memorias van dedicada a los
cinco hijos y todos los nietos “para que conozcan mejor sus orígenes y puedan
crecer siempre con ellos”. El libro llega bien aderezado de viejas fotos y
recientes que dan idea del paso del tiempo en los rostros y ambientes
ofrecidos.
El
padre de Simeón de Bulgaria murió en misteriosas circunstancias, por lo que su
hijo se convirtió en rey de los búlgaros a los seis años. Los comunistas
asesinaron a varios miembros de su familia y en 1946 se ve obligado a viajar
rumbo a Estambul para exiliarse en Egipto y seguidamente en España. En su vida
se han cruzado personajes como Isabel II, el sha de Persia, Hassan II, Franco y
el rey Juan Carlos.
Todo
“el camino de la memoria” –título del prefacio- para llevar a cabo esta casi autobiografía,
a la que se añade en el libro un árbol genealógico, cronología, mapa y
bibliografía. Los capítulos tienen rótulos sugerentes como: Las penas de la infancia; Una juventud
madrileña (muy cerca del rey Juan Carlos, entonces príncipe de España); El
aprendizaje de una vida; Tiempo de vivir; País de Oriente; Viajes; Mi lucha
política; Ser primer ministro, y El
Europeo.
La
escritura de la autobiografía o memorias “un ejercicio que llevo
muchos años postergando para no dar la impresión de querer cerrar un capítulo.
Escribir sobre uno mismo es ya una pequeña muerte”, dice el rey Simeón en el
largo prefacio donde recuerda episodios como el de las memorias de la Infanta
Eulalia de Borbón, que fueron escandalosas y polémicas. “Hermana de Alfonso
XII, le encantaba recordar a sus visitas que era la hija de Isabel II de
España… Un personaje extravagante cuyas memorias han sobresaltado a todo el
mundo por sus indiscreciones”.
La
autobiografía de Simeón II de los búlgaros –más que de Bulgaria- es audaz e
interesante, si bien no caben en ella sobresaltos y menos escándalos, ante un
rey que es todo un caballero en el trato con las personas y cuya trayectoria ha
sido respetada por quien le conoce.
“Esta
vida “singular” no habría sido posible sin la paciencia de Margarita que
lo ha cambiado en todos estos años”, dice Simeón II de su esposa según reza el
pie de la última foto del libro.
Más información
http://www.elmundo.es/loc/2017/05/20/591f185fca47417d088b456e.html
Retrato de la reina Margarita de Bugaria, por Nati Cañadas, que quedó en el museo de Sofía, tras la donación del PAC
Retrato de la reina Margarita de Bugaria, por Nati Cañadas, que quedó en el museo de Sofía, tras la donación del PAC
La Infanta D. Elena entre Doña Ana de Orleans y Simeón de Bulgaria
Los reyes de Bulgaria con Mayte SpínolaRey Simeón con su amigo Garciliano Barreiros (circa 1970)
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