domingo, 23 de octubre de 2022

INÉS AZAGRA expone sus dibujos y pintura en O Lumen, bajo el título de "In INteriore Homine"



L.M.A.

    24.10.22.- Madrid.- La artista Inés Azagra nos da las claves para observar las obras que expone en el espacio de arte O Lumen, In Interiore Homine, una serie de dibujos en grafito y acrílico sobre cartón rematados con una piedra intervenida en pan de oro a modo de cartela en cada obra, con el título "Te he llamado por tu nombre".

«En esta exposición muestro una serie de dibujos de personas. Con una particularidad muy importante: las personas dibujadas no han posado, sino que se encontraban en momentos de oración. Cada dibujo incorpora también el nombre de la persona dibujada, en letras doradas. “Te he llamado por tu nombre” (Isaías 43: 1) delata la implicación directa, personal, del conocimiento que Dios tiene de cada uno de nosotros. En nuestro nombre está implícita nuestra identidad. La palabra con la que yo me nombré a mí misma por primera vez está también en el espacio sagrado desde el que Dios nos mira y este hecho me sobrecoge».

— Gabriela. Acrílico, grafito y pan de oro sobre cartón / pan de oro sobre piedra.

  «Mi obra parte de mi experiencia vivida en comunidad, lo que me ha permitido observar a otras personas en actitud de oración, alabanza, adoración… y reflexionar a través de dibujo sobre sus posturas corporales, como forma de sacar a la luz algo íntimo, vivido en lo profundo.  Estas actitudes y expresiones del rostro mientras oramos muestran lo que no se ve, esa parte íntima y absolutamente personal del trato entre dos personas, la creatura y su Génesis. Mis dibujos reivindican la importancia del cuerpo en esta relación".

"Una constante en mi obra ha sido la economía de medios. Es algo absolutamente deliberado. La simplicidad e inmediatez de un cartón y un lápiz, la ligereza del soporte y su fragilidad, evocan la simplicidad e inmediatez en la oración. En estas obras quiero hablar de una actitud humilde, despojada, que descubra el núcleo intacto e incólume de nuestro ser en la propia  relación con Dios. La oración queda así  descrita como el lugar en el que Dios intima con su creación. Rezar, silenciosamente, como huida del artificio, de lo complicado, en un intento de abrazar la sencillez y la verdad»»

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