Carlos Sánchez Tárrago
24.09.2023.- Madrid .- Este miércoles 27, a las 19h, en el Espacio Ronda, centro de actividades para todos los públicos, que dirige el escritor y poeta Armando Lozano, tendrá lugar la presentación del libro de Fernando Gómez: Los Haikus de Larache, un magnífico libro editado por “Los libros del Missisippi”, con ilustraciones de Jandro González (dibujante de comics, ha realizado trabajos de ilustración publicitaria para marcas como: Google, Opi o el Corte inglés entre otras. Y también en cine de animación, con una nominación a los premios Goya (2011) y un magnífico prólogo del actor y humorista, el alicantino Eloy Arenas, que estará presente si sus compromisos teatrales (actualmente en el Teatro Lara con su obra “la inmortalidad es pasajera”).
Los Haikus de Larache es su primera incursión en el mundo de la poesía de un autor, nacido en Barcelona, especializado en la novela negra y policiaca y que cuenta ya con 11 publicaciones, alguna de ellas premiadas. Tienes colaboraciones importantes en prensa, radio, televisión.
La lectura del libro, 106 páginas, de las que 81 son haikus acompañados de una bella ilustración, en las que se nos enseña y nos invita a pasear por las calles de Larache y de Marruecos, conocer sus costumbres, descubrir sus bellezas, sus campos, su historia así como la filosofía que encierra la manera de pensar y vivir de todos ellos.
Basten algunos pequeños ejemplos:
Interior taxi
Viajan callados cuatro
desconocidos En Marruecos el taxi es un transporte público que comparten los clientes que van llegando hasta completar las plazas. Desconocidos que realizan un mismo viaje.
De bar en bar
vende Amin cacahuetes
en papel liados. Ciudad, y país, donde la gente se busca la vida como puede. Cualquier trabajo es bueno si ello te permite sobrevivir.
A Goytisolo,
RIP, le acoge Larache
Florecen versos. Bonito homenaje a su paisano, Juan Goytisolo, que se exilió voluntariamente en Marruecos, y que quiso ser enterrado en Larache, junto al mar.
Como he dicho, es un libro de una gran belleza, que uno no se cansa de releer y que sorprende cómo se es capaz de condensar, en tan solo tres versos, lo que uno necesitaría en una cuartilla para poder expresarlo.
Este libro, junto a los haikus de Luis Alberto de Cuenca, o los de Julia Sáez Ángulo, de su libro Ráfagas, me han permitido conocer y amar un género que no había valorado en la dimensión que realmente tienen. Si ya resulta difícil sintetizar la prosa, hacerlo con la poesía resulta admirable y sorprendente.
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