miércoles, 22 de mayo de 2013




José Miguel González expone sus acuarelas en el Museo Tiflológico

acuarela, fragmento

L.M.A.

El pintor José Miguel González expone sus acuarelas en el Museo Tiflológico en Madrid, del 6 de junio al 14 de septiembre de 2013. La muestra sera inaugurada por Miguel Moreno, director del citado museo. El artista con ligera discapacidad visual, presenta una obra con abundancia de paisaje y gran sentido del color.

 Javier Mínguez, miembro de la Asociación de Acuarelistas de Castilla y León AACYL, escribe en la presentación de J.M. González: "José Miguel González nos sorprende de nuevo gratamente en esta su última exposición. La acuarela es ante todo una técnica difícil que requiere pinceladas amplias, medidas y con un gran dominio y control, la cual se presta a una interpretación directa y espontánea de la realidad que permite plasmar siempre en primer término las impresiones del artista. Es una técnica que se impone sobre todo destacando su impronta en el paisaje a la prima, este tipo de paisaje es el que ha escogido José Miguel en su exposición, un paisaje directo e impactante que requiere de un gran dominio y perfección en su tratamiento, de la amplitud y perfección en el trazo amplio del pincel y del dominio de la aguada como forma de expresión, algo que José Miguel González realiza a las mil maravillas.

Lo primero que llama la atención en su obra son sus cielos límpidos y etéreos en los que el espíritu vuela enrevesado en unos celajes plenos de color, de azul ultramar en ocasiones, en otras violetas y grises azulados que juegan en los entresijos de los celajes de la acuarela llenando el aire con su espíritu sensible. Siempre me han impresionado estos cielos de José Miguel donde bailan entre sinfonías de colores los celajes y las armonías. He tenido ocasión de comentárselo en más de una ocasión; es impresionante observar la delicadeza de las tonalidades y la técnica a la que él se presta cuando utiliza estas gradaciones sutiles en sus cielos formando un remolino que asciende y nos eleva llevándonos a nosotros con él, arrebatándonos en celajes verticales.

José Miguel González es un artista minucioso preocupado en los pequeños detalles y matices del paisaje, matices que se observan ante todo en esas atmosferas amplias tratadas con gran dominio del color. En el trabajo en profundidad de la lejanía los colores quebrados y grises son difíciles de dominar pero él lo consigue con gran maestría y dominio de la técnica, luego un paisaje de vez en cuando salpicado por un árbol o una casa anclada fijamente en su raíz, en una tierra dura y fuerte, nos lleva a la convicción de un espíritu recio que lucha y se impone a la vida, anclado en la tierra de sus realidades.

A veces el campo plagado de flores rojas denotan un espíritu apasionado y sensible, es un reflejo directo de su fuerte personalidad, esta pasión nos atrapa y nos eleva por encima de la tierra, ese murmullo de flores rojas acrisoladas en los campos es un murmullo que estremece, que recoge el sentir y palpitar del pintor cuando se enfrenta a su obra; ésta regocijada bulle ante los colores de la naturaleza, luego al mirar al cielo atempera el campo, entonces es cuando ya no hay nada, solo queda su espíritu plasmado en esos celajes sublimes de sus cielos. No duda en contraponer un bermellón a los azules ultramar plasmados en sus obras, en ocasiones usa el color puro, tal como sale del tubo , el impacto entra en la retina del espectador directamente, impresionado por una obra plena de matices y contrastes donde requiebran colores brillantes entremezclados con tonos de azules y grises.

Su obra nos traslada a paisajes del alma, tranquila, amplia y grande en su espíritu, nos recuerda esas playas amplias que van al encuentro de la libertad, de lo hermoso, de lo bello. Pasea su alma por estos paisajes donde una hierba, un árbol, unas casas definen su especie y determinan las cosas con sobriedad, delicada y suavemente, con gusto y con maestría. El espectador queda atrapado en esta atmósfera sutil, plena de contrastes lumínicos y de colores matizados en infinitas gradaciones. José Miguel González llega a los corazones con sus paisajes porque matiza y define bien gestos y colores, lejanía y amplitud del paisaje. Llega al alma de las personas  por la vía directa en el tratamiento de lo bello y de lo efímero, algo a lo que su acuarela se presta gratamente y con generosidad".



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