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L.M.A.
10/10/18 .-
MADRID .- Fundación MAPFRE ha presentado hoy, 10 de octubre, en Barcelona, la
exposición Picasso-Picabia. La pintura en cuestión, que
propone por primera vez un acercamiento a las historias cruzadas entre estos
dos grandes artistas contemporáneos que, si bien parecen figuras casi
antagónicas en su concepción del arte, cuentan con más puntos en común de lo
que tradicionalmente se ha considerado. Esta extraña comunión se reflejó en una
ambigua y singular relación, que la muestra, que puede visitarse en la
Casa Garriga Nogués hasta el 13 de enero de 2019, permite conocer en
profundidad.
La exposición, organizada en colaboración con el Musée
Granet, Aix-en-Provence, con el apoyo excepcional del Musée national
Picasso-París, está compuesta por más de 150 piezas, entre pinturas, dibujos,
artes gráficas, cartas y fotografías, organizadas en torno a nueve
secciones temáticas que permiten conocer los vínculos, reales e imaginados, así
como los desencuentros que existieron entre ellos.
Picasso-Picabia. La pintura en cuestión pretende
plantea al mismo tiempo un recorrido por un periodo esencial en la
historia del arte de nuestro tiempo. Un camino que nace con la
aparición del cubismo, del que Picasso es protagonista, y su
posterior derivación órfica, por la que Picabia se decanta; el
nacimiento de dadá en 1915, del que Picabia es sin duda una de sus figuras
fundamentales, sin olvidar el ambiente surrealista que se respira en el París
de aquellos años; o la coincidencia de ambos en la ciudad de Barcelona en 1917,
donde Picabia lanza su revista 391.
Hacia 1925, tras la vuelta de Picasso al clasicismo, ambos
comparten el gusto por lo que se ha querido denominar «la época de los
monstruos» en un momento en el que coinciden durante varios veranos en
la Costa Azul. El recorrido finaliza con una selección de sus últimos
lienzos: si Picasso vuelve incansablemente a la figura humana hasta su muerte
en 1973, Picabia, cuya carrera se detiene en 1953, reduce el acto de pintar a
sutiles monocromos salpicados por puntos.
Los dos artistas, uno español y el otro francés de ascendencia
hispanocubana, a los que se relacionó en sus comienzos por el parecido de sus
apellidos —lo que provocó una confusión en la prensa cuando aún eran poco
conocidos—, compartieron, ante todo su especial relación con la ciudad de
Barcelona y el deseo de desafiar las convenciones pictóricas que la
historiografía del arte había establecido, y tanto para uno como para el
otro, “asesinar la pintura”, fue el camino que tomaron para rejuvenecerla.
La muestra finaliza con una selección de sus últimos lienzos, en
los que, si Picasso vuelve incansablemente a la figura humana hasta su
muerte en 1973, Picabia, cuya carrera se detiene en 1953, reduce el acto de
pintar a sutiles monocromos salpicados por puntos.
Esta exposición forma parte del proyecto internacional Picasso-Mediterráneo,
una iniciativa del Musée national Picasso-Paris. Este programa de
exposiciones, actividades e intercambios científicos se desarrolla entre 2017 y
2019 y en él participan más de setenta instituciones internacionales: www.picasso-mediterranee.org
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