Julia Sáez-Angulo
22/6/20 .- Barcelona .- Cantar a Roma en la poesía es un ejercicio arriesgado, después de Quevedo y otro vates que lo han hecho sobre la sugerente Ciudad Eterna. El propio poeta Santiago Montobbio (Barcelona, 1966), autor del libro Vuelta a Roma, publicado en El Bardo Colección de Poesía, tiene un libro anterior titulado Poesía en Roma (2018), que fue presentado en la Casa delle Letterature en 2019.
Perderse y encontrarse en Roma es una realidad y un reto, por eso en las palabras introductorias o primer texto del libro referido a Carmelita, titulado Vuelta a Roma, el profesor Montobbio escribe: “Vuelvo a no saber como voy a Roma y así hacia ella voy, a poder ser, ser en paz, ser en amistad y en amor, en belleza, en luz, en el agua del tiempo que quizás sean palabras o se extasíen adentro en el silencio. Hacia Roma voy. Hacia noche y también luz. Hacia amor. Hacia silencio y poesía”.
Los poemas de Vuelta a Roma son un itinerario, un recorrido que va desde el avión hasta las distintas calles de la capital italiana, capital de un imperio que no cesa de sorprender e inspirar al aedo. Campo dei Fiori. El bullicio,/ la belleza. Música, flores,/ luz, grupos de chicos/ jóvenes. La belleza puede/ también ser tumultuosa.
Otro poema: Y a la salida de la iglesia, Roma/ Algo de lluvia y Roma. La belleza/ el aire, el agua. El misterio/ sagrado de la vida.
Leyendo estos poemas de asombro y espontaneidad, de libertad en la mirada y el espíritu, el lector también disfruta con esa ciudad que como una fuente de vedutte no cesa de sugerir, cantar y plasmar en versos, como se ha sucedido a Santiago Montobbio, que afortunadamente no ha sufrido el síndrome de Stendhal y ha podido plasmar sus emociones y versos a lo largo de este poemario unitario. Roma de fuentes, río, campanas, iglesias, flores… todo un mosaico de historia y presente en una amalgama perfecta para despertar la poesía.
Santiago Montobbio, escritor
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