La
Galería Atalante con De Sol a Cibeles,
muestra una serie de pinturas homenaje a la ciudad de Madrid por el artista Jesús
Monge.
Castizas
estampas que agolpadas en la retina fija de la memoria de cualquier visitante
de la capital de España, se presentan ante el espectador como un onírico pero
tangible sueño. Jesús Monge, pintor aragonés, no se olvida de incorporar en la
muestra algunas marinas que junto al resto de las obras expuestas parecen
dialogar juntas en busca de ese tan añorado mar madrileño.
La
iconografía de lo cotidiano, la fidelidad a la distancia del enfoque dan lugar
a imágenes neutras y estáticas, que muestran una realidad de la manera más
objetiva, nacidas de magistrales pinceladas casi fotográficas. En palabras del
propio artista “En la pintura mi obsesión es tratar de captar al máximo la
atmósfera que rodea los paisajes que elijo pintar… intento no perder el
horizonte de la estética, la proporción y el buen gusto… parto de la belleza
como base fundamental. Procuro elegir imágenes amables y las dirijo hacia un
amplio espectro de espectadores”.
En
su obra Jesús Monge (Zaragoza, 1956) se encuentra ausente de su propia pintura, sus pinceladas
desaparecen sin dejar huella de toda acción. El espacio urbano público está
casi desierto como modo de abstraer la funcionalidad para la que están hechos.
La figura cuando aparece es algo anecdótico.
Existe
en esta muestra un enorme grado de conceptualización al plasmar la realidad
trasladada al lienzo con recursos pictóricos casi impresionados. Es esa
manipulación de lo real lo que confiere a la obra de Monge un aspecto de irrealidad
que se aleja de lo tradicional.
La
luz invade la escena fijando con exactitud la hora del día. Atardeceres sin
cielos protagonistas envuelven cada obra en un espacio metafísico de gran
lirismo. Jesús Monge con la exposición De
Sol a Cibeles nos transporta a una realidad cargada de evocaciones y haya,
desde su nueva disposición, una propuesta de convincente valor compositivo que
otorga su entidad a ese principio modulador que es la geometría de la luz.
El espectador tiene una oportunidad única de disfrutar con la obra de un pintor que toca las formas con exquisita ejecución en un complejo universo lleno de referencias cotidianas que se articula en instantáneas recuperadas fuera de lo anecdótico.
El espectador tiene una oportunidad única de disfrutar con la obra de un pintor que toca las formas con exquisita ejecución en un complejo universo lleno de referencias cotidianas que se articula en instantáneas recuperadas fuera de lo anecdótico.
No hay comentarios:
Publicar un comentario