miércoles, 27 de septiembre de 2017

Enrico Letta: “Hacer Europa y no la guerra”, apuesta europeista frente a Trump y el brexit







Julia Sáez-Angulo


            El escritor Enrico Letta es el autor del ensayo Hacer Europa y no la guerra, Una apuesta europeísta frente a Trump y el brexit, libro, con la colaboración de Sebastien Maillard,  publicado por la editorial península en la colección Atalaya. La traducción corre a cargo de Rosa Alapont.

            Enrico Latta (Pisa, Italia, 1966) fue primer ministro de Italia entre 2013 y 2014, al terminar su mandato, renunció a l escaño de Parlamento italiano y se trasladó a París, desde donde dirige la Paris School of International Affairs del Instituto de Estudios Políticos (Sciences Po). También es presidente del Instituto Jacques Delors con sede en París y Berlín.

            Algunos de los capítulos del libro se titulan: Europa sabe que se ha vuelto mortal; los muros nacionalistas no protegen de nada; e mito engaños del hombre fuerte; ¿Por qué dejar a Alemania el monopolio de la virtud?; El euro vale mucho más que una moneda; Ante Trump, hagámonos adultos; Desbruselizar; Prefiero la democracia a los referéndums; Proponer lo mejor y no solo a una alternativa a lo peor.

            “Hay que rendirse a la evidencia: la idea de Europa ya no avanza viento en popa”, dice Maillard en la introducción. “Cuantos crecieron con el sueño europeo esperaban algo mejor. Hoy muchos se preguntan en voz alta si después de todo no los habrán engañado con ese “mercado común”, con esa moneda única, con esa ampliación hacia el este que algunos juzgan precipitada…”

            Repensar Europa es importante, si bien conviene partir de que Europa es nuestro país en un mundo que no funciona con aislamientos sino uniones de fuerz en todos los terrenos: territorial, económico, armamentístico… El presidente francés Marcron ha pedido recientemente que Europa se rearme en su propio ejército. es lo que se dice buscar la paz preparándose para la guerra. es hora de tomar nuestra propia iniciativa  frente al amigo americano que nos saca las castañas del fuego en casos límite y le correspondemos con una propaganda en contra venida de la izquierda ultramontana y rancia, que cristaliza en la sentada del presidente español Rodríguez Zapatero al no levantarse de su asiento ante la bandera americana. Se comportó como un universitario bisoño, pero mostró el rostro de la izquierda sin cabeza.

            “Para llegar a construir Europa no basta con tener un proyecto sólido sobre la mesa y un contrato histórico en que apoyarse”, continúa Maillard. También se requieren dirigentes europeos convencidos y no de circunstancia o de pura fachada. Hombres y mujeres capaces de estimular las ganas de Europa porque la encarnan con pasión y credibilidad. De ahí el hecho de restblecer la idea europea, de reapropiarse del proyecto, solo podrá traer aparejada una renovación del compromiso político”



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