Julia Sáez-Angulo
17/2/22.- Madrid.- Integristas y progresistas pueden causar cismas en la Iglesia por su falta de tolerancia, así como deterioro de la convivencia de amor a la que invita el maestro, Cristo. Curiosamente han sido más lo integristas los que han llevado a separaciones dolorosas en el seno de la Iglesia. El libro “Integrismo e intolerancia en la Iglesia” de Juan María Laboa ha sido publicado por la editorial PPC.
El índice del libro aborda los capítulos: El Fundamentalismo en la Historia de la Iglesia, Integrismo y religiosidad en la España contemporánea, Tiempos de conflicto, Integrismo político, Consecuencias de una actitud, El Modernismo en España, Paz, amor e intolerancia, y, Reflexión final sobre la intolerancia y los fundamentalismos.
El respeto a la Iglesia es también un baremo interesante a tener en cuenta, máximo en tiempo de polaridad política como la actual con cierto paralelismo a los años 30, polaridad que se da más en los grupos políticos que religiosos o eclesiásticos.
El libro de Laboa plantea si la enseñanza del II Concilio Vaticano ha entrado de veras en la Iglesia Católica. Para los integristas, la Iglesia acabó con el I Concilio Vaticano.
“Conviene evitar la tentación de una Iglesia abstraída en sí misma, sin tener en cuenta debidamente su espíritu misionero y profético. Debe subrayar la vigencia de las dos grandes Constituciones (Lumen Gentium, y, Gaudium et Spes) y mantener la identidad de una Iglesia que no se preocupe tanto de encontrarse compacta prescindiendo del mundo real cuanto de reconocer la riqueza del pluralismo de culturas y de las mociones del Espíritu, el único origen y autor de un mensaje que las interpela”, dice el autor en el prólogo.
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