Julia Sáez-Angulo
27/10/18 .- MADRID .- Pertenece a la
saga de los arquitectos que cultivan a la par la pintura o el arte
bidimensional, el relieve, la escultura... La abstracción estructurada, seriada
o constructiva y la presencia de un color tenue, matizado y siempre armónico en
sus obras más recientes, califican este arte singular y exquisito del artista
malagueño.
Él ha estado desde sus comienzos en
el Grupo pro Arte y Cultura, PAC, junto a su esposa Paloma Porrero de Chávarri
y Miret, y ambos son asiduos por su fineza y buen saber estar en los encuentros
artísticos y sociales en casa de Mayte Spínola, donde recientemente él le ha
asesorado en ámbito espacial.
Álvaro O´Donnell Torroba (Málaga, 1950), residente
en Madrid, de lejano apellido de origen irlandés,
comenzó con muy buen pie en los 80, exponiendo en la conocida galería Fauna´s,
dirigida por una mujer gallega de empuje, Pilar Rodríguez Soto, Pilita, que nos
dejó en 2010. Un espacio expositivo en la calle Antonio Maura, no lejos de la
galería Ynguanzo dirigida por Pity Santa Cruz de Ynguanzo. Ambas damas hicieron
una buena labor por lanzar a artistas en Madrid y merecen reconocimiento. En la
misma “cuadra” de Fauna´s estaba Carmen Pallarés, otra artista llena de finura
y sugerencia. Antes lo estuvo Tino Grandío, buen amigo de la galerista, que
pintó un interesante y polémico retrato de Franco que hoy custodia el Banco de
Bilbao. Álvaro, Paloma y yo lamentamos juntos la pérdida de Pilar R. Soto, con
quien yo tenía medio apalabraba la posibilidad de escribir sus memorias.
(Por cierto, Pity Santa Cruz de Ynguanzo, marquesa como ella sola, cuando hablaba de su sobrino político Álvaro Torroba decía "es demasiado guapo". La sobrina carnal es Paloma)
(Por cierto, Pity Santa Cruz de Ynguanzo, marquesa como ella sola, cuando hablaba de su sobrino político Álvaro Torroba decía "es demasiado guapo". La sobrina carnal es Paloma)
De
Álvaro O´Donnell tengo escrito: “Después de su paso
en los 80 por cierto expresionismo de alusiones figurativas con disecciones del
cuerpo humano, en cierta línea o tradición de Millares –algunos críticos
citaban o mencionaban las reses abiertas en canal de Rembrandt o de Naim
Soutine-, el artista derivó hacia un constructivismo más ordenado en la
geometría. Una depuración acertada de formas.
Con maderas, chapas, textiles, arpilleras, cuerdas o hilos, Álvaro va elaborando sus obras de manera limpia y ordenada, como si quisiera armonizar el caos del despojo y llevar lo povera en una reconstrucción estética a la vez que ética. Una velada llamada, frente el despilfarro consumista- del posible reciclado en el arte.
Sus piezas aparecen ante el espectador como una metamorfosis sutil y refinada de lo aparentemente tosco y desechado por otros. Sólo la mano del creador –parece decirnos Torroba- es capaz de insuflar el hálito de vida a la materia, de devolver el espíritu a la naturaleza caída en el menosprecio. Una poética humilde y solemne al mismo tiempo”.
La
obra de Álvaro Torroba figura en buenas coleccione como la de Pilar Citoler que
adquirió una obra soberbia en azules, también en la colección de la Casa Real,
que cuenta con una pequeña y preciosista obra suya. El arquitecto trabajó
largos años para El Corte Inglés, pero
una vez liberado hacia el júbilo, se consagra por entero a su obra. No es que
sea un artista fecundo, pero si cuidadoso y profundo.
Más información
Álvaro
Torroba (@alvarotorroba50) | Twitter
https://gw.geneanet.org/lmvillena?lang=es&n=alvaro+o+donnell+torroba&oc=0&p=x
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